A día de hoy El Salvador, con una población de algo más de 6 millones y medio de personas, suma un total de 2.042 casos confirmados de COVID-19 y 36 personas fallecidas, siendo los dos departamentos donde trabajamos desde medicusmundi, el Departamento de La Libertad y el Departamento de Santa Ana, los más afectados después de San Salvador. En esta ocasión queremos hablaros de la contribución que desde el proyecto “Abordaje intersectorial de la vulnerabilidad de derechos sexuales y reproductivos en adolescentes y jóvenes de municipios de El Salvador mediante la participación social y el desarrollo de capacidades en sistemas públicos y sociedad civil, desarrollado en el Departamento de Santa Ana, con el apoyo del Gobierno de La Rioja, se está haciendo para paliar la crisis sanitaria producto de la COVID-19.

Desde el inicio de la Emergencia nacional y estado de excepción decretado en El Salvador el 14 de marzo, una de las medidas implementadas por el Gobierno de El Salvador para contener la expansión del COVID-19 ha sido la habilitación de centros de contención o de aislamiento a cargo del Ministerio de Salud de El Salvador en hoteles, escuelas, polideportivos y otras instalaciones públicas. En un principio pensados para albergar a personas procedentes del exterior durante su cuarentena, se han convertido con el paso de los meses en una fórmula de confinamiento no domiciliario producto de detenciones por incumplir las medidas excepcionales que limitan la libre circulación o de nexos epidemiológicos mantenidos con personas contagiadas para la contención del contagio comunitario. En estos momentos se mantienen activos 89 centros de cuarentena, albergando un total de 3.127 personas (aunque han pasado más de 10.000 personas por ellos), de las que 135 son menores de edad que tienen que permanecer un mínimo de 20 días y un máximo de 30.

Sin embargo, estos centros de contención están registrando un alto número de denuncias por violación de derechos humanos documentadas por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y diferentes organizaciones de la sociedad civil, tanto entre sus muros como por el proceso de detención arbitraria de personas para conducirlas a los mismos y se han convertido así mismo en focos de contagio, al no cumplir con protocolos estrictos de distanciamiento, protección y diferenciación entre personas sospechosas de contagio, de aquellas que han manifestado síntomas de la enfermedad durante su cuarentena o en el momento de ser trasladadas a estos centros, generando una mayor miedo y ansiedad entre las personas allí confinadas.

En respuesta a la solicitud del Ministerio de Salud, concretamente del Departamento de Salud Mental, realizada a medicusmundi El Salvador, de apoyo para paliar el confinamiento y la atención a la salud mental de la población de jóvenes y adolescentes confinados en centros de contención del COVID-19, medicusmundi está realizando durante el mes de mayo actividades integrales e incluyentes basadas en técnicas de arte-terapia con población de adolescente y jóvenes confinados en los 14 centros de contención de la zona occidental del país.

Una continuidad del trabajo del abordaje intersectorial con adolescentes, readaptado al contexto particular del confinamiento obligatorio e institucionalizado producto de la lucha contra la COVID-19, donde el riesgo de vulneración de los derechos sexuales, reproductivos y de participación de la población adolescente toma unos tintes diferentes y nuevos.